martes, 19 de abril de 2011

El Tratado del Wisconsin Noviembre 21 de 1902.

El Tratado del Wisconsin es el documento con el que oficialmente se pone fin a la guerra civil en Colombia, que se inició el 17 de agosto de 1899, conflicto que hoy se conoce como la guerra de los Mil Días.
Después de la efímera victoria de Peralonso, en que las fuerzas liberales retomaron el brío perdido en la batalla de Bucaramanga, el liberalismo no volvió a conocer de victorias que hubieran podido cambiarle el curso a la guerra. En el centro del país los grandes ejércitos se esfumaron quedando, en el mejor de los casos, conformados por una sumatoria de guerrillas, con la cuota de desorden y brutalidad que esto implicaba. El apoyo de Cipriano Castro (presidente de Venezuela) y Eloy Alfaro (presidente del Ecuador) no fue suficiente para evitar una consistente pérdida de batallas por parte del liberalismo. En la frontera sur fue imposible consolidar una fuerza operativa que pudiera dominar ese estratégico espacio, y en el norte el general Rafael Uribe Uribe no logró recoger más que derrotas. Sólo en Panamá, a donde el general Benjamín Herrera se había trasladado con una importante unidad naval, el Almirante Padilla, y con un número significativo de hombres y fogueados generales que habían hecho campaña en los departamentos de Cundinamarca y Tolima, el liberalismo aparecía triunfante.
Las fuerzas del general Herrera contaron con el apoyo decisivo que le dieron los aborígenes del Istmo comandados por Victoriano Lorenzo. Herrera combatió desde las Bocas del Toro hasta las goteras de la ciudad de Panamá, logrando arrinconar a los conservadores detrás de sus murallas, donde recibieron el amparo de los cañones de los barcos y de los fusiles de los marines estadounidenses apostados en la vía férrea que unía los dos océanos.
Pero mientras la suerte acompañaba a Benjamín Herrera, en el centro del país el desánimo liberal cundía, al punto que el general Uribe Uribe decidió buscar la paz por medio de un tratado. Su firma, el 24 de octubre de 1902 en la finca Neerlandia, de donde toma su nombre, induce a Benjamín Herrera a pensar en una fórmula similar. El Tratado de Neerlandia, los cañones estadounidenses apuntados hacia los puertos y la amenaza de su intervención directa llevan al general Herrera a aceptar el ofrecimiento de los norteamericanos para que en su buque insignia, el Wisconsin, fondeado en el puerto de Ciudad de Panamá, se reúnan las comisiones de las fuerzas beligerantes para acordar un tratado de paz. Allí durante varios días se reúnen las comisiones respectivas y el 21 de noviembre de 1902, los conservadores Víctor M. Salazar y Alfredo Vázquez Cobo y los liberales Lucas Caballero y Eusebio Morales firman un acuerdo que, ratificado respectivamente por sus jefes Nicolás Perdomo, ministro de Gobierno, y Benjamín Herrera, director de la guerra en Cauca y Panamá, pone fin al conflicto.

No hubo brindis fuera del celebrado por firmantes y anfitriones. Al resto del país la noticia llegó tarde. Panamá estaba demasiado lejos, y en el interior del país el telégrafo escaso e interrumpido en muchos sitios dejaba las comunicaciones en manos de los estafetas y los comerciantes trashumantes. Los telegramas de la Dirección liberal informando del hecho y ordenando la presentación a las guarniciones conservadoras de las fuerzas que aún combatían, así como los avisos pegados por el gobierno en las plazas de los pueblos, llegaron y se aplicaron de manera desacompasada, por lo que el Tratado del Wisconsin, con el que oficialmente se puso fin a la guerra, no logró concluir de un tajo con ella; ésta se fue extinguiendo paulatinamente.

Bibliografia:Biblioteca Luis Ángel Arango tomado de: Revista Credencial Historia

jueves, 7 de abril de 2011

SEPARACIÓN DE PANAMÁ

Entre 1899 y 1902 Colombia debió sufrir la Guerra de los Mil Días entre liberales y conservadores. Estos últimos a cargo del poder, a través del autoritarismo del presidente Manuel Antonio Sanclemente, que impuso una constitución de tipo centralista en lugar de la federal anterior, motivaron la sublevación de los liberales.
Panamá sufrió las consecuencias, dejando muchos muertos. La lucha terminó con el Tratado De Wisconsin” el 22 de noviembre de 1902. Tras esos hechos, fue condenado a muerte el guerrillero panameño Victoriano Lorenzo, que fue ejecutado en 1903. Esto motivó el acrecentamiento de las ideas emancipadoras panameñas, además de haberse frustrado la obra por la terminación del canal, producto de un acuerdo firmado en enero de 1903, entre Colombia y Estados Unidos, pero que no fue ratificado por el Senado Colombiano.
Las ideas independentistas, se fueron gestando en torno a varios líderes entre los cuales se destacó José Agustín Arango, quien preparó en secreto una Junta con el fin de sublevarse contra el dominio de Colombia, aproximadamente en noviembre de 1903. Para obtener el apoyo norteamericano, hacia allí se dirigió el Dr. Manuel Amador Guerrero.
Esteban Huertas, como comandante militar también apoyó el movimiento separatista. El general del ejército de Colombia, Nicanor de Obarrio, era otro que se contaba del lado de los panameños. También el gobernador José domingo de Obaldía, ahora partidario de la secesión, estaría en la lista de los que preparaban la conspiración que desde Colombia ya se sospechaba que existía. Otros patriotas fueron, el médico Manuel Amador Guerrero, Ricardo y Tomás Arias, Manuel Espinosa Batista y Carlos Arosemena. Estados Unidos apoyaba la propuesta independentista ¿Por sus intereses con respecto al canal?
Para hacer frente a esa posible revolución, partió desde Barranquilla, el batallón de Tiradores, dirigido por los generales Ramón Amaya y el Juan Tovar, quienes llegaron a Colón, el día 3 de noviembre, y con el aporte del ferrocarril, que se complotó con los revolucionarios sólo fueron conducidos a Panamá los altos dirigentes de las tropas, quedando el resto de las fuerzas en Colón, lideradas por el Coronel Eliseo Torres. Los jefes, al llegar a Panamá, fueron detenidos por orden de Huertas, todavía al mando del Batallón Colombia, aún cuando las fuerzas recién llegadas tenían órdenes de desplazarlo para ocupar su cargo. Huertas contó con la colaboración de la población de Santa ana y del general Domingo Díaz.
Se formó una dotación de un poco más de mil separatistas, que obligaron a rendirse a la flota anclada en la bahía panameña y al Batallón Tiradores que se hallaba en Santa Ana.
En la sede de su Consejo Municipal, el pueblo de la ciudad de Panamá proclamó el nacimiento de la soberana república, el mismo día 3, bajo la presidencia de hecho de Demetrio Brid, y el 4 de noviembre de 1903, ya contaba el nuevo estado con un gobierno propio ejercido a través de una Junta, conformada por Federico Boyd, José Agustín Arango y Tomás Arias. El 13 de ese mismo mes, Estados Unidos realizó el reconocimiento oficial de la naciente república, el día 14 lo hizo Francia, y luego le brindaron su aceptación varios países americanos, europeos y asiáticos.
El día 18 de noviembre se firmó apresuradamente entre Estados Unidos y Panamá el Tratado para la construcción del canal de Panamá. En su libro “El País creado por Wall Street”, Ovidio Díaz Espino, relata la “leyenda negra” de la independencia de Panamá signada por intereses económicos estadounidenses, para lograr los derechos sobre el canal, y no como un apoyo de ese país a los patriotas, frente a los abusos de los colombianos.
En febrero de 1904 la Junta fue reemplazada por un ejecutivo unipersonal, designado por la Convención Nacional Constituyente, con el título de Presidente, cargo que recayó en el Dr. Manuel Amador Guerrero. Colombia no se resignó a la pérdida territorial tan fácilmente, pero fueron inútiles sus intentos de reincorporar esta vez el istmo, ya sea por acuerdos realizando concesiones, o por medio de la fuerza.
Colombia recibió una indemnización por parte de Estados Unidos, por el Tratado Thompson-Urrutia, ratificado por el Congreso estadounidense el 30 de marzo de 1922, permitiéndose a Colombia el tránsito de embarcaciones bélicas y fuerzas militares por el canal, iniciándose entre Panamá y Colombia un periodo de paz, con el establecimiento de relaciones diplomáticas.
Fuente de consulta: historia en la guia 2000